lunes, junio 19, 2006

¡Reaccionen uruguayos, reaccionen!



Plantas de celulosa e impacto ambiental

¡REACCIONEN URUGUAYOS, REACCIONEN!

Las empresas forestales en Uruguay no han plantado sólo en campos de aptitud forestal –como marca la ley– sino también en terrenos fértiles para la producción agropecuaria.

Según denuncia el ingeniero Durán del Campo, los mejores campos agrícola-ganaderos uruguayos han sido destinados a la forestación, empujando al descalabro productivo del sector exportador hasta ahora más sólido del país y, por ende, incrementando la desocupación y el despoblamiento rural.
El profesional también acusa al sistema político de inducir al engaño, por cuanto la promoción del modelo forestal pretende ocultar que este genera, además de contaminación, desempleo y pobreza.
Para Del Campo hay que elegir “entre la entrega del patrimonio nacional o la dignidad”.



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por el ingeniero agrónomo Daniel Durán del Campo
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Los que tenemos algunas canas y hemos soportado algunas secas en el Uruguay, sabemos del equilibrio de los suelos arenosos y los de basalto, dos suelos con características diferenciales bien definidas. El basalto superficial, rico en minerales, poblado de pasturas finas, cuando llueve parejo se convierte en uno de los mejores suelos del Uruguay. Su problema es la falta de agua, campos superficiales sienten el rigor de la sequía como ningún otro.

El arenoso, por el contrario, productor de pasturas más gruesas, tiene como característica un déficit invernal grande, producto de su mal manejo (pastoreo continuo) Pero tiene una condición que lo hace excepcional en regiones como ésta en que la sequía es un azote permanente para la producción ganadera.

Son los campos que de acuerdo con su estructura aguantan más la seca. Esta composición de los suelos uruguayos le dio un gran equilibrio a la ganadería. El basalto de Artigas, Salto, Paysandú, Durazno, tenía muy cerca los campos arenosos de Rivera, Tacuarembo, Paysandú y Durazno, adonde era muy fácil desplazar los ganados cuando venían épocas de crisis. Una vez recuperada la situación climática los ganados volvían a su lugar de origen y se restablecía el equilibrio minimizándose las pérdidas.


Hoy, la forestación copó los campos arenosos, los mejores del país. En ellos, aparte de la ganadería, se puede hacer soja, arroz, cultivos de verano, papa, semilleros, porque tienen una inmejorable reserva hídrica. Uruguay hizo 750.000 hectáreas de forestación y es el único país del mundo que no hizo impacto ambiental.

Los forestadores, ni lerdos ni perezoso, coparon la banca, forestaron lo que nadie foresta, los campos mejores, los más productivos, los arenosos. Ellos mismos dicen que el eucalipto en Uruguay crece diez veces más que en Finlandia. Lo que dura en crecer un árbol ocho años, precisa ochenta años en Finlandia.

Pero la realidad de hoy es que el país esta amenazado con perder 600.000 mil vacunos, aparte de la pérdida de peso y baja preñez que tendrá que soportar el primer rubro de exportación del Uruguay. Y aunque parezca mentira, esto no ha sido cuantificado.
No es transitorio, al contrario, se va a convertir en algo permanente. Porque el basalto, entre el arroz que le sacó las mejores tierras, las más profundas, de una riqueza varietal excepcional, una biodiversidad envidiable, gracias a esas dos acciones lo ha dejado prácticamente desnudo.


Y aunque parezca mentira eso no se ha cuantificado, no ha habido estudio de impacto. Esto afecta a más de 3.000.000 de hectáreas del país productivo que dijimos íbamos a impulsar.
Lo que sabemos es que eso no es casualidad, es fruto de una política de atraso cambiario, los productores uruguayos perdieron mil dólares por hectárea, lo que
equivalía al valor del campo más mejoras y haciendas.
El resultado está a la vista: familias destruidas, suicidios, despoblación, etc. Eso determinó el auge de la forestación que no pagó impuestos, que tuvo incentivos increíbles como el de las plantaciones, que si al año el productor tenía el 80% de las plantas prendidas se le devolvía el dinero que había invertido. Importar vehículos sin impuestos...

Un productor ganadero se compraba una 4X4 P y pagaba el doble de lo que pagaba un productor forestal. ¿Qué respuesta hubiera tenido el país si a un productor ganadero que (el Estado) le prestaba dinero para ganado de cría tuviera el 80% de cría y le devolvieran el dinero? Seguramente estaríamos con cifras record de producción, hubiéramos aumentado nuestra mano de obra, estarían poblando, y no despoblando nuestros campos como hace la forestación.

Con el Dios mercado de estandarte (se) preconizaba la eficiencia, los mejores, los más eficientes eran los que tenían que triunfar en este mundo globalizado, subsidios eran mala palabra. En los países subdesarrollados los impuestos tenían que ser prescindentes de los sistemas productivos. Por supuesto, eso era para los agrícolas ganaderos: Para los forestales, en cambio: alfombra roja.

La mayoría de estas empresas extranjeras que nos venían a ayudar con sus inversiones, los criollitos marchábamos a la B, acusados de latifundistas retrógrados y explotadores.

Resultado de esta política: hoy prácticamente no quedan campos arenosos destinados a la ganadería. Quedan islas metidas en algunos establecimientos y estos van a ser capturados por las empresas forestadoras que les dan (plantines de eucaliptos)* a los productores y le aseguran su compra.

El Uruguay tiene que sacar una ley urgente prohibiendo la forestación de campos arenosos. Hoy se instalan las papeleras (pasteras), el Uruguay que es el primero que tendría la obligación de hacer un estudio de impacto ambiental, no lo tiene. El Banco Mundial dice que es incompleto y los de Botnia y Ence no son aceptables por ser parte interesada.

Además, a lo largo del proceso (se) ha demostrado que no son empresas creíbles por una serie de acciones que desacreditan y ponen en tela de juicio su accionar. Lógico, ellos no vinieron hacer una obra de caridad, vinieron a hacer un negocio. Y el negocio es redondo: tierras excepcionales, mano de obra barata, puerto, (no) pagan impuestos en país de origen, todo con la creación de trescientos cargos de trabajo.




Porque después que rehagan las (papeleras) pasteras, los cino mil trabajadores que ocupen en la construcción quedarán sin empleo. Y los 300 fijos serán reemplazados por robots. Dijeron de la mano de obra que iba a generar el corte de eucaliptos y hoy vemos que fue reemplazada por las peladoras que cortan, apilan y cargan sin necesidad de obreros. Es posible que los uruguayos sigamos creyendo en pájaros de colores.

El sistema político desesperado se ha olvidado que lo más importante de un país es la dignidad de su gente a la que no se le puede engañar. Hay que mirar hacia delante: dentro de cincuenta años cuando tengamos tres millones de hectáreas arruinadas por la forestación nuestros hijos y nietos tendrán un país empobrecido y serán muy duros con los que por una coyuntura económica hipotecaron el Uruguay.


Si Artigas en Purificación hubiera vendido algo de nuestro patrimonio para sobrevivir y los sucesivos gobiernos hubieran hecho lo mismo, hoy no tendríamos país. Hoy hay que elegir entre la entrega del patrimonio nacional o la dignidad.

No se puede salvar un gobierno que para salvarse compromete el patrimonio nacional. Uruguayos: Argentina tiene razón, hemos violado un tratado, el único respaldo de los países chicos es el derecho. Mañana los argentinos deciden poner una fábrica de ácido sulfúrico en la Isla Caridad y nosotros tendremos que emigrar de Paysandú. No hemos sabido defender el tratado, si se instalan las fábricas perdemos el río, las generaciones futuras serán implacables con el sistema político uruguayo. Los argentinos tienen razón, lo que no tienen es autoridad. Es el país más contaminado de América, Misiones con la población agobiada por sus agroquímicos, cuatro litros de glifosato por hectárea, un país destrozado por la expulsión de su gente de campo.

Papeleras (pasteras) como los nuestras -de las que nadie habla- las del Río Negro y Juan Lacaze, contaminan. Pero lo peor, la división, la maldita división, los chistes de mal gusto sobre los argentinos como una forma de desprestigio y no agarrar el toro por la guampas y convertir esta debacle en un triunfo de dos pueblos hermanos.

Mandaré esta publicación a: diario El Telégrafo, El Observador, El País, La República, semanario Brecha, semanario Búsqueda y Tres Puntos. Posteriormente, haré otra publicación confrontando nuestras opiniones con las del ministro de Medio Ambiente, arquitecto Mariano Arana. En política siempre hay que optar, votamos a Tabaré, pero hoy, entre seguir con el gobierno o defender al Uruguay, defendemos al país. No significa un cambio, significa seguir en la línea. Ni por asomo volver a los responsables de esta situación de caos, llámense partidos tradicionales.
Hoy cambiamos el cántico, Tabaré dice “Festejen uruguayos”, yo digo: reaccionen uruguayos.

Al otro día del triunfo, en el afán de defender al Uruguay, propusimos un Plan de Desarrollo Agropecuario, trabajamos intensamente en esto, fuimos postergados. Hoy, con 500 millones de dólares, hubiéramos empezado los cambios. Con esa plata de empréstito (el gobierno) se dedicó a cambiar deuda. Seguimos debiendo, seguimos dependientes.


* En el original copiado de http://www.páginadigital.com.ar/ falta la frase entreparentisada. La nota es una gentileza del equipo de redacción de EcoPortal.net: http://www.ecoportal.net/ (info@ecoportal.net).